Ponerse a pensar en lo que haremos cuando concluyamos el colegio es una de las situaciones más estresantes que surgen en la vida de los adolescentes que se encuentran en los últimos años de la etapa escolar. No es nada fácil para ellos enfrentar ese reto: “decidir que estudiar o qué hacer con sus vidas”.
En mis 26 años de carrera como psicóloga educativa, he visto pasar infinidad de promociones escolares y cientos de casos de estudiantes que entran en un cuadro de ansiedad al no saber que estudiar, con miedos como: “¿Y si me equivoco?”, “¿y si no es lo que me gusta?”, “¿Y si mis padres no me apoyan?”, “¿Y si no triunfo en la vida?”. Son miedos naturales que surgen y nosotros los profesionales de la salud que trabajamos con jóvenes, además de los padres, tenemos el rol de contenerlos y acompañarlos en ese proceso duro e inquietante.
No es sencillo para un todavía inmaduro adolescente, tomar esa importante decisión, más aún si ha crecido en un ambiente familiar en donde los padres normalmente le han resuelto la vida y han tomado las decisiones por ellos.
Algunas de mis recomendaciones para acompañar y apoyar a nuestros hijos adolescentes en esta etapa crucial e importante para ellos, son:
- No presionarlos: cada adolescente tiene un ritmo de maduración diferente, unos se encuentran listos y otros aún no, y eso es válido y debemos respetarlo. No todos los jóvenes deben decidir estudiar una carrera universitaria o técnica ni bien concluyan su etapa escolar. Probablemente, algunos necesiten tomarse más tiempo, explorar y vivir nuevas experiencias en diferentes contextos, por ejemplo, hacer voluntariado y conocer otras realidades que les permita descubrir que hay más allá de su entorno cercano seguro. Tal vez para otros, el experimentar la pronta vida laboral, les permita descubrir para que son buenos y a que les gustaría dedicarse en un futuro.
- Motivarlos al autoconocimiento o introspección: es importante que los adolescentes y jóvenes aprendan a conocerse, a mirar hacia adentro, que logren identificar sus fortalezas, habilidades, destrezas, aptitudes, descubran que les apasiona y en qué actividad podrían pasar horas y horas sin aburrirse. Para esto es importante contar con el apoyo de un especialista externo, un psicólogo orientador que lo pueda ayudar en este proceso reflexivo. Además, realizarle una evaluación vocacional ayudaría mucho y nos brindaría información valiosa, que debe ser complementada con el proceso de acompañamiento y orientación psicológica.
- Motivarlos a buscar información real: es importante que el adolescente investigue y busque información sobre todas las ocupaciones y carreras, ya sea en la web, visitando institutos, universidades, centros laborales, etc. Que conozca de cerca los entornos académicos y formativos, ello le permitirá esclarecer dudas y finalmente hacer una buena elección.
- Motivarlos a interactuar con profesionales/técnicos de las áreas de su interés: los adolescentes deben conversar, entrevistar, dialogar con diferentes adultos dedicados al trabajo del área de su interés. Esto podría ayudar muchísimo para que el adolescente conozca in situ de que se trata dicha ocupación y como es el día a día de dicho profesional/técnico. No solo debe recibir información teórica, sino también la práctica y poder constatar como es el ritmo de vida de dichos trabajadores/profesionales/técnicos.
- Ayudarlos a darse cuenta que “Elegir una ocupación es elegir el rumbo de tu vida”: No se trata solamente de elegir una carrera u ocupación para trabajar y “ganar dinero”. Se trata de elegir el rumbo de tu vida, una vida dedicada a hacer lo que más nos apasiona y nos hace sentir realizados. La satisfacción personal se basa en hacer lo que nos gusta y lo que amamos. Como dijo Steve Jobs “La única forma de hacer un gran trabajo es amando lo que haces”.
Escrito por: Miluska Ghadzhybey Galarza Meza
Psicóloga de niños y adolescentes
C.Ps.P Nº 12532