“El ser yo mismo, depende del vínculo con el otro. Es una dimensión de intercambio. Transmisión de experiencia que lleva a la maduración”
Según Heidegger
En la experiencia en las terapias de pareja la mayoría de los errores están en las relaciones comunicacionales.
Al hablar de comunicación estamos hablando de: conducta, comportamiento, palabras, gestos y actitudes. Todo esto nos lleva a transmitir un mensaje que consciente o inconscientemente, tiene como origen un pensamiento. Por lo tanto, comunicamos y actuamos en relación con nuestros pensamientos y nuestras interpretaciones.
La experiencia de las relaciones son la razón de comunicaciones en los sistemas sociales, mientras más auténtica y oportuna sea el mensaje, mejores serán las relaciones.
Comúnmente el problema de la pareja es la aparición de “interpretaciones” personales, de las que se desprenden una inadecuada forma de comunicación, estas “interpretaciones” vienen cargadas de emociones que no han sido trabajadas como tales y por lo tanto serán recibidas por el interlocutor como: queja, demanda, agresión o descalificación.
Es importante tener en cuenta qué emoción produce un determinado evento, si ello va a ser transmitido como es realmente o contaminado con lo que estoy sintiendo. Además, el momento en que es expresado, puede haberse guardado por temor o supuesta valentía. Quizás alguna de las partes, en la pareja, no se siente capaz de afrontarlo.
Todo esto me ocasiona una carga emocional que va a ser evidente en una situación inoportuna y de una manera desproporcional.
El saber escuchar, es un factor importante en la comunicación humana, teniendo en cuenta que el otro quiere expresar su experiencia, esto genera confianza, permite llegar a la raíz de la situación y va a ser el inicio de la instalación de un hábito positivo relacional.
En la relación de pareja cuando no se sabe escuchar, estamos bloqueando la comprensión de lo que realmente está sucediendo en el otro, no solo desde un plano comportamental, sino también emocional.
El respeto y la consideración, consiste en tener claro que la pareja existe, está ahí con sus necesidades y características, sus preferencias que pueden diferir del otro miembro de la pareja; sin embargo, se conversa para aceptar o modificar de mutuo acuerdo, aquello que tenga que cambiar.
La dificultad aparece cuando hay la intención de cambiar al otro; por lo tanto, aparece una lucha de poder y competencia entre ambos.